Colaboración del Dr Oscar Rodriguez.
Se podrá enunciar a medida de hipótesis que la argentina está pagando una serie de errores históricos, sobre todo desde el punto de vista económico a mi consideración subjetiva…entonces ¿podría ser que el liberalismo argentino es una salida?
Me parece que no se trata de juzgar ahora lo que se hizo bien o mal, sino de encontrar la formula para que cada argentino viva un poco mejor. Esto es neurálgico y visceral. Siempre y cuando tratando de sacar el mejor provecho posibles de sus capacidades personales. Todo el liberalismo se resume, por decirlo de alguna manera, en esta modesta definición. Me sorprende cuando leo en algunas declaraciones, libros o discursos que los argentinos consideran al liberalismo como algo asi como una doctrina dogmática, como una especie de revelación, pero… ¿dónde está el libro que la consigna? ¿Quien es el Marx del Liberalismo, a quien se puede consultar y hacer referencia? Eso facilitaría enormemente las cosas. Si el Liberalismo argentino me parece ambiguo es, ante todo, por su carácter extremadamente doctrinario y dogmático. Cuando, en verdad, no debería ser más que una posición personal, una actitud de modestia, de búsqueda, que se limite a admitir que las soluciones fáciles no existen, y que las cosas sólo pueden ser mejoradas según las cirscunstacias particulares de la realidad misma.
Convertir al Liberalismo en una doctrina es una paradoja, que tal vez se pueda explicar por el clima de violencia ideológica o de las “anteojeras ideológicas “ que se viven en este país. Por otra parte, hay que convenir que el Liberalismo argentino sirve muchas veces de coartada, que el conservadorismo utiliza ara ocultar elegantemente su verdadero rostro. Claro está no tengo nada contra los Conservadores ni los acuso de nada, ya que muchos me son gente muy respetable, claro está algo muy, pero muy poco visto en mi región, o sea Santiago del Estero, al cual el ciudadano está notablemente influenciado por la dicotomía radicalismo y peronismo; y debo señalar que el mismo Borges se declaraba partidario del conservadurismo. Decir soy conservador argentino se lo asocia con el casi desaparecido partido de la Ucedé. Pero es que el Liberalismo no es un adoctrina como mencioné ulteriormente ni un partido político, sino una “actitud personal”, una conducta, un modo de ver la realidad. A partir de esta premisa ustedes pueden ser doctrinarios católicos, protestantes, peronista o lo que le parezca mejor. Se trata en otras palabras, de una convicción íntima, de una filosofía individual hecho de modestia y observación. Los liberales contemplan la realidad, y sacan luego sus conclusiones; pero, sobre todo, consideran que el hombre es un ser responsable. Esta noción de responsabilidad es difícilmente concebible en estos tiempos. Porque todas las ideas triunfantes en los siglos XIX y XX tienden justamente a desresponsabilizar al individuo.
Se sostiene que el destino del Hombre está determinado por la historia, por la biología, por la raza o por la herencia de sus padres y que nada se puede hacer contra ese designio que es irrevocable. Para Freud, Marx y Lenin el hombre no existe como individuo. Y esta postura es singularmente confortable porque cualquier disparate que se comete podrá ser imputada a los demás, descargando la responsabilidad en los padres, en la historia, en la rezas o en los países vecinos. Se comprende muy bien que estas ideologías liberadoras de culpa tengan tanto éxito actualmente. Y es por ello que los liberales somos minoritarios y las propuestas muy impopulares – o para los que no quieren comer en ollas populares, por decirlo de alguna manera- , al sostener que la cultura, la naturaleza la historia, la lucha de clases y el imperialismo existe verdaderamente, pero que a todos os incumbe una parte de responsabilidad en esa existencia. He aquí la razón por la cual no hay partidos políticos específicamente liberales, por lo menos en la Argentina, como si lo hay en Colombia por ejemplo; en donde a mi parecer ninguna agrupación política coincide eternamente con las pautas que dicta el liberalismo. Se lo encuentra, sí, en sectores asilados de la población con una marcada tendencia expansionistas, aunque no sea forzosamente puesta en práctica por los liberales.
Personalmente reconozco honestamente que no hay necesidad del liberalismo en la Argentina. Quiero decir con esto que nada garantiza que necesariamente el liberalismo económico y político va a imponer. Creo, por el contrario, que el liberalismo en Argentina corre riesgo de encontrarse con la competencia de las tentaciones totalitarias, militaristas o mesiánicas. Creo que seria bueno para el pueblo argentino el liberalismo. Pero ello no significa que bien se imponga. El Bien se impone incluso raramente. El Mal lo vence bastante a menudo. Pienso que la historia no obedece a ninguna necesidad. Es más bien caótica. Lo que se presenta como necesario es más bien una interpretación de los acontecimientos a posteriori. No existe, pues, un destino ineluctable. Sostendría incluso que el Liberalismo es un intento minoritario para remontar la pendiente natural de la decadencia. Pero aclaro, es en todo caso, nuestro deber de la generación actualmente responsable. Si observan detenidamente regimenes de gobiernos actuales, el marxismo está en decadencia. Reitero, el marxismo está en decadencia en el llamado Tercer Mundo. No hay prácticamente ningún país que se declare marxista, con excepción de Cuba, vah….mejor dicho de los Castro y de Corea del Norte. Hay otros países donde tienen una Teocracia. Creo que el marxismo conserva cierto predicamento sobre todo en los medios intelectuales, porque es una filosofía determinista y que idealiza la vanguardia de la que forman parte los intelectuales. Son ellos los que están en búsqueda de un sentido de la historia que el marxismo, en rigor, puede darles. En los grandes países de la dictadura comunista como China, no se puede hablar más de marxismo. China es capitalista pero no hay democracia. El gobernó chino es cada vez más heredero del imperio confuciano tradicional, mucho más que de Marx, que es, por otra parte, poco menos que desconocido incluso para los intelectuales chinos. De hecho, a lo que asistimos es a un derrumbe de los grandes sistemas ideológicos totalitarios y a una resurrección de los sistemas culturales, los cuales pueden ser ya liberales, ya totalitarios. Y si se quiere comprender la evolución del mundo, y en particular la de la ex URSS o la del Tercer Mundo, es mas bien por la resurrección de las culturas nacionales como se puede interpretar la historia inmediata, y no ciertamente, yendo a rebuscar las obras de Marx y de Lenin., que no interesan más a algunos monjes y a algunos universitarios brasileños.
A decir verdad, mucha gente confunde liberalismo con capitalismo y sepa que una política liberal que tiene que tener nuestro país actualmente. Pues los que ejerzan la política liberal deberán privilegiar y hacer hincapié en los valores individuales y fomentar la responsabilidad personal, de un modo que el liberalismo se convierta en un modelo político a la vez y económico. Lo que observo detenidamente es que los liberales argentinos proponen hoy, por el contrario, es un liberalismo – capitalista. Lo cual no basta, porque el capitalismo es un instrumento técnico necesario – porque produce riquezas y justicia social- pero no es una finalidad en sí mismo. “Es la política, en suma, lo que debe primar sobre la economía”. Históricamente el liberalismo es en primer lugar un sistema político basado en la democracia como forma de expresión.
Hay que llegar, parafraseando a Soros y a Popper en una “sociedad abierta”; y la Democracia es una de las formas de expresión de esa sociedad abierta.
** Abogado y licenciado en ciencias politicas. Profesor de las cátedras de Derecho Civil I, Antropologia social e Introducción a la Sociologia: Universidad Nacional de Tucuman.
Se podrá enunciar a medida de hipótesis que la argentina está pagando una serie de errores históricos, sobre todo desde el punto de vista económico a mi consideración subjetiva…entonces ¿podría ser que el liberalismo argentino es una salida?
Me parece que no se trata de juzgar ahora lo que se hizo bien o mal, sino de encontrar la formula para que cada argentino viva un poco mejor. Esto es neurálgico y visceral. Siempre y cuando tratando de sacar el mejor provecho posibles de sus capacidades personales. Todo el liberalismo se resume, por decirlo de alguna manera, en esta modesta definición. Me sorprende cuando leo en algunas declaraciones, libros o discursos que los argentinos consideran al liberalismo como algo asi como una doctrina dogmática, como una especie de revelación, pero… ¿dónde está el libro que la consigna? ¿Quien es el Marx del Liberalismo, a quien se puede consultar y hacer referencia? Eso facilitaría enormemente las cosas. Si el Liberalismo argentino me parece ambiguo es, ante todo, por su carácter extremadamente doctrinario y dogmático. Cuando, en verdad, no debería ser más que una posición personal, una actitud de modestia, de búsqueda, que se limite a admitir que las soluciones fáciles no existen, y que las cosas sólo pueden ser mejoradas según las cirscunstacias particulares de la realidad misma.
Convertir al Liberalismo en una doctrina es una paradoja, que tal vez se pueda explicar por el clima de violencia ideológica o de las “anteojeras ideológicas “ que se viven en este país. Por otra parte, hay que convenir que el Liberalismo argentino sirve muchas veces de coartada, que el conservadorismo utiliza ara ocultar elegantemente su verdadero rostro. Claro está no tengo nada contra los Conservadores ni los acuso de nada, ya que muchos me son gente muy respetable, claro está algo muy, pero muy poco visto en mi región, o sea Santiago del Estero, al cual el ciudadano está notablemente influenciado por la dicotomía radicalismo y peronismo; y debo señalar que el mismo Borges se declaraba partidario del conservadurismo. Decir soy conservador argentino se lo asocia con el casi desaparecido partido de la Ucedé. Pero es que el Liberalismo no es un adoctrina como mencioné ulteriormente ni un partido político, sino una “actitud personal”, una conducta, un modo de ver la realidad. A partir de esta premisa ustedes pueden ser doctrinarios católicos, protestantes, peronista o lo que le parezca mejor. Se trata en otras palabras, de una convicción íntima, de una filosofía individual hecho de modestia y observación. Los liberales contemplan la realidad, y sacan luego sus conclusiones; pero, sobre todo, consideran que el hombre es un ser responsable. Esta noción de responsabilidad es difícilmente concebible en estos tiempos. Porque todas las ideas triunfantes en los siglos XIX y XX tienden justamente a desresponsabilizar al individuo.
Se sostiene que el destino del Hombre está determinado por la historia, por la biología, por la raza o por la herencia de sus padres y que nada se puede hacer contra ese designio que es irrevocable. Para Freud, Marx y Lenin el hombre no existe como individuo. Y esta postura es singularmente confortable porque cualquier disparate que se comete podrá ser imputada a los demás, descargando la responsabilidad en los padres, en la historia, en la rezas o en los países vecinos. Se comprende muy bien que estas ideologías liberadoras de culpa tengan tanto éxito actualmente. Y es por ello que los liberales somos minoritarios y las propuestas muy impopulares – o para los que no quieren comer en ollas populares, por decirlo de alguna manera- , al sostener que la cultura, la naturaleza la historia, la lucha de clases y el imperialismo existe verdaderamente, pero que a todos os incumbe una parte de responsabilidad en esa existencia. He aquí la razón por la cual no hay partidos políticos específicamente liberales, por lo menos en la Argentina, como si lo hay en Colombia por ejemplo; en donde a mi parecer ninguna agrupación política coincide eternamente con las pautas que dicta el liberalismo. Se lo encuentra, sí, en sectores asilados de la población con una marcada tendencia expansionistas, aunque no sea forzosamente puesta en práctica por los liberales.
Personalmente reconozco honestamente que no hay necesidad del liberalismo en la Argentina. Quiero decir con esto que nada garantiza que necesariamente el liberalismo económico y político va a imponer. Creo, por el contrario, que el liberalismo en Argentina corre riesgo de encontrarse con la competencia de las tentaciones totalitarias, militaristas o mesiánicas. Creo que seria bueno para el pueblo argentino el liberalismo. Pero ello no significa que bien se imponga. El Bien se impone incluso raramente. El Mal lo vence bastante a menudo. Pienso que la historia no obedece a ninguna necesidad. Es más bien caótica. Lo que se presenta como necesario es más bien una interpretación de los acontecimientos a posteriori. No existe, pues, un destino ineluctable. Sostendría incluso que el Liberalismo es un intento minoritario para remontar la pendiente natural de la decadencia. Pero aclaro, es en todo caso, nuestro deber de la generación actualmente responsable. Si observan detenidamente regimenes de gobiernos actuales, el marxismo está en decadencia. Reitero, el marxismo está en decadencia en el llamado Tercer Mundo. No hay prácticamente ningún país que se declare marxista, con excepción de Cuba, vah….mejor dicho de los Castro y de Corea del Norte. Hay otros países donde tienen una Teocracia. Creo que el marxismo conserva cierto predicamento sobre todo en los medios intelectuales, porque es una filosofía determinista y que idealiza la vanguardia de la que forman parte los intelectuales. Son ellos los que están en búsqueda de un sentido de la historia que el marxismo, en rigor, puede darles. En los grandes países de la dictadura comunista como China, no se puede hablar más de marxismo. China es capitalista pero no hay democracia. El gobernó chino es cada vez más heredero del imperio confuciano tradicional, mucho más que de Marx, que es, por otra parte, poco menos que desconocido incluso para los intelectuales chinos. De hecho, a lo que asistimos es a un derrumbe de los grandes sistemas ideológicos totalitarios y a una resurrección de los sistemas culturales, los cuales pueden ser ya liberales, ya totalitarios. Y si se quiere comprender la evolución del mundo, y en particular la de la ex URSS o la del Tercer Mundo, es mas bien por la resurrección de las culturas nacionales como se puede interpretar la historia inmediata, y no ciertamente, yendo a rebuscar las obras de Marx y de Lenin., que no interesan más a algunos monjes y a algunos universitarios brasileños.
A decir verdad, mucha gente confunde liberalismo con capitalismo y sepa que una política liberal que tiene que tener nuestro país actualmente. Pues los que ejerzan la política liberal deberán privilegiar y hacer hincapié en los valores individuales y fomentar la responsabilidad personal, de un modo que el liberalismo se convierta en un modelo político a la vez y económico. Lo que observo detenidamente es que los liberales argentinos proponen hoy, por el contrario, es un liberalismo – capitalista. Lo cual no basta, porque el capitalismo es un instrumento técnico necesario – porque produce riquezas y justicia social- pero no es una finalidad en sí mismo. “Es la política, en suma, lo que debe primar sobre la economía”. Históricamente el liberalismo es en primer lugar un sistema político basado en la democracia como forma de expresión.
Hay que llegar, parafraseando a Soros y a Popper en una “sociedad abierta”; y la Democracia es una de las formas de expresión de esa sociedad abierta.
** Abogado y licenciado en ciencias politicas. Profesor de las cátedras de Derecho Civil I, Antropologia social e Introducción a la Sociologia: Universidad Nacional de Tucuman.
me parecio interesante la nota; pero no me queda en claro como el capitalismo como intrumento tecnico necesario, produce justicia social.
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